La situación del COVID en China es compleja. El país ha sufrido más casos de trasmisión interna en lo que va del año, que en todo 2021. Casi 37 millones de personas tienen duras restricciones de circulación por el repunte de los casos de coronavirus. Incluso grandes empresas multinacionales han para sus operaciones a medida que China ampliaba las zonas confinadas.
Pero en lo que respecta al comercio internacional, existe una gran preocupación en los exportadores de carne argentinos, por tratarse del principal comprador a nivel mundial, representando más del 30% del comercio total.
De acuerdo a los datos que relevó María Julia Aiassa, analista de Rosgan, China incrementó sus volúmenes importados de carne durante 2020 (28% más que en 2019) y 2021 (10% más que en 2020). Pero lo importante no fue el volumen, sino el precio.
“Si bien el promedio anual solo muestra un retroceso del 3% respecto de lo pagado en 2019, la brecha entre los valores registrados pre-covid (5.700 dólares por tonelada) y los pisos alcanzados en durante el segundo semestre del 2020 (4.250 dólares por tonelada) marcan caídas de más del 25% intra-anual”, había declarado Aiassa.
Luego, durante el 2021 sucedió un período de fuerte recuperación de la demanda que se plasmó en valores récord alcanzados hacia finales de año (6.350 dólares por tonelada), lo que no cedió hasta el momento. Sin embargo, algo ya cambió porque la exportación de carne argentina indica que ya es dificultoso cerrar negocios a esos valores.
Todo cambio aunque sea temporal, del principal destino a la exportación de carne, resultaría muy significativo por la propia concentración de las exportaciones.: no se logran recuperar en lo inmediato los valores pagados por la mercadería.
En concreto, durante 2020, el efecto Covid en China le costó a Argentina unos 340 millones de dólares en facturación, no tanto por volumen cuanto por precio. Según Aiassa, los compradores chinos comienzan a presionar las cotizaciones a la baja, algo que pone en alerta al mercado, atentos a lo sucedido en 2020. Sin embargo, muchas de estas alertas pasan desapercibidas, en un contexto de precios internacionales extraordinariamente elevados.
Al respecto, los buenos precios fueron los que permitieron al sector, durante el año pasado, compensar la caída en las exportaciones dadas por los cierres de exportación.
“En efecto, considerando todos los destinos alcanzados en los últimos 12 meses, Argentina exportó, en volumen, un 12% menos que lo exportado un año atrás, pero debido a la mejora en las cotizaciones, logró ingresar un 6% más en divisas, unos 2.876 millones de dólares contra 2.702 millones de dólares registrados entre marzo de 2020 y febrero de 2021”, dice la analista.
Aunque el buen precio protege una caída temporal de las exportaciones, también implica un mayor costo de oportunidad por cada tonelada perdida.