“Nos parece más que necesario que haya logros concretos durante el año 2020, que nos permitan estar orgullosos de pertenecer a la CELAC, de haber aprobado ese plan de trabajo y haber hecho todo lo posible durante este año que nos espera para que esos logros se concreten” sostuvo desde México el canciller argentino Felipe Solá al participar en la sesión plenaria de los Ministros de Relaciones Exteriores de este mecanismo que reúne a 33 países de América Latina y el Caribe.
Asimismo, mantuvo reuniones bilaterales con sus pares de México, Perú, Ecuador, Panamá, Cuba y Surinam, y los candidatos a presidir la OEA, la ecuatoriana Fernanda Espinoza y el peruano Hugo De Zela.
El jefe de la diplomacia argentina ponderó “la oferta que hace México desde el punto de vista temático”, ya que “en lugar de mantener una actitud conservadora, hay una plena conciencia sobre los riesgos que estamos corriendo y sobre la necesidad de la unidad.
Solá afirmó que “América latina atraviesa circunstancias como las que todos conocemos, con datos acompañados de dolor y de un estado de cierto resentimiento y de malestar en buena parte de nuestros pueblos”, que “se va expresando de distintas maneras y puede sorprender a cualquiera, por lo cual nadie puede arrogarse el acusar a otro de cómo gobierna”.
“Trabajemos para que nuestro logros sean visibles, respetados y que sean el camino para que otros se enteren”, puntualizó. “Lo mejor que podría ocurrirnos es reunirnos dentro de una año y lograr que la CELAC sea envidiada, y que quienes no hayan trabajado con nosotros sienta bronca y rabia por no haber estado”, agregó.
“Sabemos perfectamente cómo hacer un debate que nos separe rápidamente: que lo primero que se hace en una relación multilateral es buscar a quienes piensan igual, lo que podríamos llamar zona de confort”, sostuvo Solá, pero consideró que “al mismo tiempo, cuanto más amigo de ellos uno se hace y más coincidencias encuentra, más enemigo se hace de los que piensan distintos y empieza a haber más grado de adversidad. El desafío es encontrar una salida, pero no una escapada o una fuga”.
“Si hay algo que une a las personas es el trabajo en común. Cuando las personas están enojadas y empiezan a tener una obra en común y a buscar el mismo objetivo y el mismo logro durante un tiempo, es muy difícil que no terminen amigas”, dijo.