Pablo Moyano lideró un sistema de recaudación ilegal en Independiente. Así lo sostiene el fiscal Sebastián Scalera, quien, al tiempo que detalló cómo funcionaban las relaciones entre el sindicalista y la barra brava del club, insistirá en su detención, que fue desestimada la semana pasada por el juez Carzoglio.
“La insistencia se va a materializar en el recurso de apelación contra la resolución dictada por el Dr. Carzoglio”, dijo Scalera. Que aclaró que el juez no solo frenó la detención, sino también una serie de medidas probatorias que el mismo magistrado se encargó de hacer públicas, actitud que motivó su recusación.
“Nosotros entendimos que con los elementos de prueba existe mérito más que suficiente para pedir la detención, estos elementos fueron producto de las diferentes escuchas telefónicas de los integrantes de la barra brava de Independiente, cuyas invocaciones a Pablo Moyano lo muestran con una ascendencia directa, vinculado a través de diversas concesiones y de un sistema de recaudación: reventa de entradas, bonos protocolo, cuotas sociales, todo por fuera de los canales formales del club”, subrayó Scalera.
Según el fiscal, si bien al inicio de la investigación la relación entre Moyano y Bebote Álvarez estaba en crisis, “eso no impedía que la organización siguiera funcionando (…) Ahí toma fuerza la figura de Roberto “Polaco” Petrov, que es el que oficiaba de nexo entre la dirigencia y la barra brava”.
Como ejemplo de los manejos turbios que se investigan, el fiscal dio cuenta del partido de la final entre Independiente y Flamengo por la Copa Sudamericana: “(ese día) de acuerdo con la contabilidad del club se habían vendido 36 mil entradas, mientras que en el estadio hubo 54 mil personas. O sea que hubo un desfazaje de 18 mil entradas que, inclusive, se vendieron por fuera de la barra brava”.