Hace algunos meses, China impuso un arancel adicional a los bienes estadounidense en represalia de las medidas tomadas inicialmente por el gobierno de Trump. Los aranceles a los automóviles y piezas de recambio habían aumentado del 10% al 35% en reacción a la aplicación de impuestos a las importaciones chinas.
Según un comunicado oficial chino “la suspensión de los aranceles es una medida concreta para aplicar el consenso logrado por los dos jefes de Estado”, a partir del 1 de enero de 2019.
Por su parte, el Ministerio de Finanzas del país asiático dijo además que se espera que China y los Estados Unidos puedan acelerar las negociaciones para eliminar todos los aranceles adicionales en los bienes que se aplicaron anteriormente.
El presidente Trump respondió por Tweeter al anuncio chino:
China just announced that their economy is growing much slower than anticipated because of our Trade War with them. They have just suspended U.S. Tariff Hikes. U.S. is doing very well. China wants to make a big and very comprehensive deal. It could happen, and rather soon!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 14 de diciembre de 2018
“China acaba de anunciar que su economía está creciendo mucho más lentamente de lo previsto debido a nuestra guerra comercial con ellos. Acaban de suspender el aumento de las tarifas en Estados Unidos .USA Lo está haciendo muy bien. China quiere hacer un trato grande y muy completo. ¡Podría suceder, y bastante pronto!”
En consecuencia, es necesario mencionar que después de los anuncios subieron las acciones de las empresas americanas fabricantes de autos.
Las exportaciones de automóviles entre los dos países son relativamente pequeñas. China exportó 53.300 vehículos al mercado de los EE.UU. el año pasado e importó 280.208 vehículos fabricados en los EE.UU., según datos del Centro de Investigación y Tecnología Automotriz de China (CATARC).