En el marco de la Guerra Comercial, el gobierno oriental elevó el impuesto a la importación de alfalfa estadounidense, por lo que se genera un potencial negocio para Argentina. Si bien la mayoría de la exportación a China le pertenecía a Estados Unidos, debido al impacto de las políticas proteccionistas de Donald Trump, el descontento del gigante asiático obliga a sus importadores a buscar nuevos mercados.
La producción de Alfalfa en Argentina se viene desarrollando hace años, sin embargo no ha crecido tanto como para abastecer la fuerte demanda china. De hecho, en tanto infraestructura, la única planta de procesamiento adecuadamente habilitada para la exportación pertenece a la empresa Alfalfa y Forraje de la Patagonia (AFyP), del grupo español Oses, vecina al puerto de Bahía Blanca. Paralelamente, dentro de las zonas con gran potencial se encuentran las provincias de Santiago del Estero y Córdoba.
Ante el intento de gigante asíatico por boicotear a las empresas estadounidenses, Argentina tiene que fomentar la industria nacional ya que tras la devaluación, se ha vuelto un país con costos competitivos para investigadores extranjeros. En este sentido, si Argentina incentiva su industria local podría abrir las puertas de un nuevo mercado exportador.