La irregularidad de las etapas de desarrollo de la nueva cosecha de soja de Brasil hace difícil la estimación de la pérdida de la cosecha en función del clima. Mientras tanto, los productores siguen reportando pérdidas en la mayor parte de los estados productores de la oleaginosa, en los más diferentes niveles, con diversas realidades en una misma región.
SE considera que el estado que lidera la perdida es el Paraná, seguido por Mato Grosso do Sul, pero las bajas aún no pueden ser cuantificadas en su totalidad.
Además, hay lluvias volviendo a las regiones que venían siendo afectadas por la sequía de diciembre. Sin embargo, los volúmenes siguen siendo bajos y con distribución irregular, lo que también dificulta a los productores y consultoras, en este momento, evaluar el potencial de recuperación de los cultivos y donde todavía hay áreas donde las lluvias tampoco llegaron.
Como señala el vicepresidente de Aprosoja PR, José Eduardo Sismeiro, «si las lluvias no vienen, la cosa será aún peor en el Paraná». Según datos del productor, la cosecha sigue en marcha en el estado y hay lugares donde las productividades se muestran entre 15 y 17 bolsas por hectárea dados los problemas con la sequía.
La intensidad de la perdida, explicó Sismeiro, depende de la época de la siembra, del cultivar escogido y del tiempo del ciclo de las plantas. La recuperación, por lo tanto, sólo será posible en los cultivos sembrados un poco más tarde. «Áreas de Guarapuava, Ponta Grossa, lugares más al norte del estado tienen mayor posibilidad de recuperación», dijo. «La situación es más grave en puntos como el Noroeste y Oeste de Paraná».
El gobierno del estado de Paraná reconoce las pérdidas de productividad en los cultivos de soja que pueden llegar al 30% en función de las adversidades climáticas. Sin embargo, aún no tiene una evaluación de campo que pueda determinar qué nivel de pérdidas en las áreas sembradas con el cultivo.
De acuerdo con el Secretario de Agricultura y Abastecimiento de Paraná, Norberto Ortigara, aún no se tiene una evaluación de campo que compruebe las pérdidas. «La gente tiene noticias de diversas fuentes que dan el nivel de perjuicio bastante considerable, pero como yo estoy en esta área desde 1978 siempre pido prudencia en esas evaluaciones», comenta.
