Un gusano transparente de apenas un milímetro que se desarrolla en tres días y comparte con los humanos el 60 por ciento del genoma podría cambiar el curso de graves enfermedades en los niños. El modelo de investigación que viene pisando fuerte en el mundo consiste en un gusanito que tiene mil células de las cuales 300 son neuronas. En él se pueden hacer experimentos para los que antes sólo existían los ratones o las moscas de la fruta. Desconocido para la mayoría de los seres humanos tiene su historia en la ciencia mundial, pero ahora se están encontrando nuevos usos.
Utilizando este modelo, mucho más económico y accesible, un grupo de investigadores rosarinos liderado por el doctor Diego de Mendoza logró un avance sin precedentes: encontraron una primera puerta que podría, en un futuro, tener un impacto positivo en el tratamiento de la enfermedad de Niemann Pick C, también llamada el Alzheimer de los niños.
Lo que los científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) consiguieron en los laboratorios ubicados en el Centro Científico y Tecnologíco Conicet (en la Siberia) llegó a Canadá donde ya lo probaron en células de mamíferos. Ahora se inicia una segunda etapa donde los rosarinos volverán al país del norte con el objetivo de obtener más pruebas y dejar abierta la posibilidad de que el descubrimiento se convierta, en algún momento, en una respuesta concreta para quienes padecen esta severa patología genética que afecta la calidad de vida y el pronóstico de vida. En la Argentina hay chicos que sufren esta dolencia.
Gracias al aporte de la Bolsa de Comercio de Rosario y de la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe, uno de los miembros del equipo, el científico Gastón Prez, viajó a Canadá y consiguió comprobar el hallazgo. Talento, constancia, curiosidad, relaciones, aportes económicos y sobre todo la pasión por la ciencia llevaron al equipo de Fisiología Microbiana del IBR a este descubrimiento que podría cambiar a futuro en curso de esta y otras enfermedades.