Rosgan pide políticas activas para superar los desequilibrios del ganado y la carne. Así lo dejó plasmado su Director Ejecutivo, Raúl Milano, en su último informe de coyuntura donde describe la historia cíclica de la ganadería argentina y una serie de cuellos de botella que limitan su crecimiento.
Milano resalta la transparencia en la fijación de precios en el sector y llama la atención sobre la naturaleza de los ciclos -hecho común a otras ramas de actividad- que en este momento se caracteriza “por un proceso de venta abultada no sólo de animales gordos sino también de vacas, muchas de las cuales muestran signos importantes de preñez”. Que se suma a la demanda China “orientada preferentemente a la vaca”, completando “el cóctel de necesidades de dinero con oportunidades de ventas convenientes, poniendo al límite los números de faena de vacas”.
Ante la posibilidad de nuevos desequilibrios, el ejecutivo plantea romper la contradicción de que una mayor producción provoque una caída en los precios del ganado, a partir de “un programa con metas de crecimiento establecidas tanto para el consumo, que es nuestra gran plataforma comercial, como para la exportación. Haciendo participar responsablemente en momentos puntuales un conjunto de políticas activas que actúen como aceleradores de producción equilibrada”.
Para ello, es preciso identificar algunos cuellos de botella, como pueden ser:
• Tasa nacional de parto y destete.
• Enfermedades sanitarias de los rodeos.
• Limitantes en pasturas implantadas.
• Crisis sector lechero.
• Ampliación y adaptación industria frigorífica.
• Programas de financiamiento
Si bien “las fuerzas del mercado son correctas asignadoras de precios y recursos, a veces necesita el acompañamiento de políticas activas puntuales, temporarias y de dimensiones mínimas de forma tal que no se conviertan en subsidios explícitos que generan distorsiones permanentes como en tantos otros sectores de las actividades productivas del país”.
Según Milano, “los nuevos modelos exigen interactuar coordinando políticas activas que expandan el proceso de acortamiento de los animales livianos a animales pesados, obteniendo lo más rápido posible una oferta abundante de novillos gordos que solo aparecerán vía precios o vía financiamiento dedicado a prolongar la recría”.
Evitando los errores del pasado, resulta imperioso romper el ciclo de ilusión y desencanto de los productores “animándonos a conversar todos los temas sin tapujos, defendiendo el interés nacional, sus fuentes de trabajo pero lo más importante la marca que Argentina tiene ganada en el mundo con sus carnes”, concluyó.