Tras el acuerdo firmado entre ambos países, que permite el ingreso sin aranceles de 20 mil toneladas anuales de de carne argentina a Estados Unidos, representantes del sector ganadero celebran la noticia de volver a comercializar con el principal importador del mundo.
En este contexto, Raúl Milano, el director ejecutivo de Rosgan, brindó a BCR News un panorama sobre las oportunidades que se generan para nuestro país luego de 17 años de suspensión. Luego de la visita que realizó en mayo a zonas ganaderas de Estados Unidos (Texas, Oklahoma, Kansas y Nebraska), detalló cómo es la cadena de ganados y carnes en ese país.
“El 85 % de la faena está concentrada en cuatro grupos de frigoríficos, Thysson Foods, JBS USA, Cargill Protein y National Beef Packing. Con un stock cercano a los 90 millones de cabezas, engorda más del 95 % de la hacienda con destino a faena en Feed Lot, siendo el más grande Five Ranch Cattle Feeding con un ciclo anual de 850.000 cabezas en 11 establecimientos, siguiéndole Cactus Feeding con 530.000 cabezas por ciclo en 11 establecimientos. Del total de carne consumida anualmente, el 60 % se elabora como carne molida (hamburguesas) y el resto en cortes (lomo, ojo de bife y milanesas) teniendo una menor amplitud de cortes usados que en Argentina.
«Los animales destinados a faena poseen un kilaje cercano a los 600 kilos y con aproximadamente 24 meses, con un nivel de grasa subcutánea (externa) de 3 centímetros y un marmolado interno de gran veteado resultado de su forma de alimentación. Posiblemente nuestro mayor volumen de carne exportada esté centrado en el trimming (recortes de depostada) que dado el bajo tenor de grasa en el desposte de nuestros animales más magros permite utilizarse para aligerar las hamburguesas de consumo habitual en USA».
En este marco, si bien el concepto de “carne argentina” estuvo siempre bien posicionado tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos, el mercado externo vacuno dependía principalmente de la condición sanitaria de nuestro país y el costo de la continuidad de organismos públicos como SENASA. Los exigentes requerimientos en este aspecto fueron cumplidos con éxito, lo cual representaba el mayor desafío para la Argentina.
Según Raúl Milano: «Las negociaciones entre Argentina y Estados Unidos comenzaron en el 2015 y se cumplieron todos los pasos establecidos. Además se realizaron reuniones en Estados Unidos promovidos por el IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina) donde expusieron panelistas especializados a los distintos actores de la cadena las características de nuestro rodeo ganadero y sus condiciones sanitarias, y se podía vislumbrar una buena relación pero nunca se fijaba la fecha exacta de apertura».
Asimismo, esta aprobación realizada por el importador número uno de carne argentina, podía generar un efecto domino en diversos mercados, abriendo más puertas a mercados como el Caribe y Canadá. Cabe destacar que, en lo que va del año, Argentina ya había abierto su mercado de los frigoríficos de la Patagonia, por lo que el mercado está creciendo a pasos agigantados.
El director ejecutivo de Rosgan, concluyó: «Esta apertura demuestra que la solución a nuestros problemas macroecómicos será a partir de ahora, apostar a un modelo exportador con valor agregado, en eso está toda la cadena de ganados y carne aunque a veces los momentos sean difíciles».