Luego de algunas especulaciones respecto a una baja en torno al 10%, YPF despejó las dudas y aplicó una leve disminución en el precio de sus naftas, y en contrapartida, una suba del gasoil, lo cual impacta en los sectores productivos.
La modificación de la pizarra en las estaciones de servicio comenzó a regir hoy. De esta forma, la nafta súper baja de $ 37,59 a $ 37,21, lo que representa un 1% de disminución. La premium (Infinia) cae de $ 44,01 a $ 43,35, un retroceso de un 1,5%. En tanto en el caso del gasoil, la suba registrada es del 3%.
Mientras la baja de las naftas se explica por la caída en el precio internacional del petróleo y la estabilización del peso frente al dólar; la escalada del gasoil se apoya en la necesidad de recuperación del equilibrio de la paridad de importación.
“El gasoil aumentó mucho menos que las naftas durante el año, y con este aumento se termina de equiparar”, explicó el presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro (FECAC), Gabriel Bornoroni.
Según el dirigente, el gasoil también tuvo el impacto de la suba de impuestos (el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) y del impuesto al Dióxido de Carbono pasaron de ser una suma fija a actualizarse por inflación cada tres meses), y terminó de cerrar en diciembre la paridad.
Consultado por los motivos por los cuales el gasoil no siguió los aumentos de las naftas en el año, Bornoroni dijo que no hay una explicación técnica, sino que puede deberse a una estrategia política para no aumentar el impacto sobre los sectores productivos que lo utilizan como insumo primario.
“El precio se determina por tres factores: el dólar, el petróleo Brent y los biocombustibles; si estos se mantienen constantes, no debería haber más modificaciones”, concluyó.