Alberto Padoán asegura que con mejor logística y tecnología, el campo puede llegar a producir 180 millones toneladas en diez años. Es que según el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, las actuales condiciones sacan del mercado a los productores de las zonas más alejadas de los puertos exportadores, al tiempo que deprime las decisiones de inversión de las empresas tecnológicas.
“El tema de la logística no es menor porque hace que el productor que viene de zonas alejadas pueda llegar de forma competitiva al mundo”, explicó Padoán a BCR News. Y ahondó, “tenemos estudios que indican que para un chacarero del norte es más barato mandar una carga a China que llegar a los puertos del Gran Rosario (…) Esto provoca un amesetamiento de la producción, que está entre las 53 y 60 toneladas desde hace varios años”.
En este marco, en el que “tenemos las mismas rutas que en la década del 60 y una Ley de Semillas de hace 45 años”, es que el dirigente cree necesario dar un salto de calidad en la infraestructura vial, ferroviaria e hidrovial. Al tiempo que se den las condiciones legales para que las empresas de biotecnología tengan incentivos para invertir en desarrollos que mejoren la performance de los cultivos en el país. “En Argentina, el crecimiento de los rendimientos fue del 10% en los últimos años, mientras que en Estados Unidos y Brasil fue del 30%. Eso pasa porque las empresas no quieren invertir acá”, subrayó.
Padóan dixit
“El tema de las retenciones va más allá de las ganas, pero en 45 días las modificaron 3 o 4 veces. Hagamos un programa de acá a un año y saquémosle la pata de encima al campo”.
“No es menor que tengamos las mismas rutas que en la década del 60, cuando la soja ni siquiera había aparecido”.
“Tenemos el problema de la Ley de Semillas. Tenemos que ser serios y generar una ley que permita a las empresas que están en tecnología invertir y contar con la propiedad intelectual. Esto es lo que vamos a decir en la Cámara de Diputados: ‘Señores seamos serios, no estemos en default tecnológico’.
“Hasta hace un tiempo, la estiba era una actividad que estaba cartelizada. Hoy los costos bajaron un 50%”.
“No estamos defendiendo a empresas como Bioceres, que trabajan en grandes desarrollos pero no saben si los van a terminar porque tampoco saben si van a cobrar la propiedad intelectual”.