De 300 a 3768 toneladas. Entre 1990 y 2017, la aplicación de fertilizantes en la Argentina creció un 1256 %.
Durante el año pasado, el consumo de inoculantes en el país se incrementó un 4,4 % respecto a 2016, lo que lo llevó a alcanzar los 3,77 millones de toneladas. Este registro marca un nuevo récord a nivel nacional, al superar los 3,72 millones de toneladas que se utilizaron en el año 2011.
La relativa mejora en el manejo de las gramíneas fue lo que traccionó el crecimiento del mercado. El cultivo de soja fue el más postergado en cuanto la incorporación de nutrientes debido a la aplicación de dosis muy bajas como al bajo porcentaje de área fertilizada.
A partir de la década pasada, empezó a darse un fuerte crecimiento en la utilización de fertilizantes de origen nacional debido al aumento de la producción.
Luego de la crisis de 2001, los fertilizantes nacionales pasaron de representar menos de 10 % del mercado a más del 30 %, llegando a máximos del 48,5 % en 2015.
Tomando como base el año 2000, el consumo de fertilizantes de producción nacional tuvo un incremento del 786 %, mientras que el uso de importados solo aumentó en un 38 %.
La demanda de fertilizantes en la Argentina se concentra en los principales cereales y oleaginosos cultivados en el país.
El 70% de la utilización se distribuye entre los tres cultivos con mayor superficie sembrada: soja, maíz y trigo.
En la campaña 2014/15, antes de la eliminación de los derechos de exportación a los cereales, estos números mostraban claras diferencias. El trigo y el maíz abarcaban el 44 % del consumo de fertilizantes, mientras que la soja el 24 %. Esto se debía a la menor superficie sembrada con cereales debido a los desincentivos que generaba el esquema tributario, que a su vez favorecía a la expansión del área sojera.