Para la economía Mundial, el crecimiento se reducirá de 6,1% del año pasado a 3,2% en 2022, un descenso de 0,4 puntos porcentuales con respecto a la edición de abril de 2022 de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO).
El crecimiento inferior registrado a principios del año, la pérdida de poder adquisitivo de los hogares y una política monetaria más restrictiva provocaron una revisión a la baja de 1,4 puntos porcentuales en Estados Unidos.
En China, los nuevos confinamientos y el agravamiento de la crisis del sector inmobiliario han obligado a revisar a la baja el crecimiento en 1,1 puntos porcentuales, con importantes repercusiones a escala mundial. Por su parte, en Europa, las significativas rebajas son un reflejo de las repercusiones de la guerra en Ucrania y el endurecimiento de la política monetaria.
En tanto, la inflación mundial se ha revisado al alza debido a los precios de los alimentos y la energía y los persistentes desequilibrios entre la oferta y la demanda, y se prevé que este año se sitúe en 6,6% en las economías avanzadas y 9,5% en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, es decir, revisiones al alza de 0,9 y 0,8 puntos porcentuales, respectivamente. En 2023, se espera que la política monetaria desinflacionaria comience a hacer mella y el crecimiento del producto mundial sea de tan solo 2,9%.
En su inmensa mayoría, los riesgos para las perspectivas apuntan a la baja:
• La guerra en Ucrania podría conducir a un freno repentino de los flujos de gas europeos desde Rusia
• La inflación podría permanecer obstinadamente alta si los mercados laborales se mantienen demasiado ajustados o si las expectativas de inflación se desangran, o si la desinflación resulta más costosa de lo esperado
• Las condiciones financieras globales más estrictas podrían provocar un aumento del sobreendeudamiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo
• Los nuevos brotes y bloqueos de Covid-19 podrían frenar aún más el crecimiento de China
• El aumento de los precios de los alimentos y la energía podría causar inseguridad alimentaria generalizada y malestar social
• La fragmentación geopolítica podría impedir el comercio y la cooperación globales.