Bolsonaro asumirá con un déficit “argentino”y una deuda del 77% del PBI. El presidente electo se enfrenta al desafío de acomodar las castigadas cuentas públicas, luego varios años de una economía en caída y descrédito institucional signado por la corrupción.
Según un reciente informe de la consultora Econométrica, el exdiputado comienza con algunos números similares a los que presenta Argentina, con un gasto público desbocado y una alta gravitación de la deuda, aunque sin riesgo de default. “Hereda una economía que no despega tras los dos años de profunda recesión en 2015 y 2016, donde la economía acumuló una caída del 7,0%. Actualmente el nivel de actividad todavía está un 6,0% por debajo del pico que observó en 2014, cuando culminó el boom de los commodities que favoreció a las economías emergentes».
De acuerdo con el estudio, “antes de que Argentina le toque el timbre al FMI, el déficit fiscal era de 6% del PBI y la deuda del 75%, similares números de lo que hereda Bolsonaro en Brasil, 7,5% y 77%, respectivamente. Ello implica que a Brasil también se le agotó el tiempo del Gradualismo”.
“Por eso las agendas de Argentina y Brasil son similares”, destacan desde la consultora. Y explican: “Ambas economías sin crecimiento económico, ahogadas en déficit fiscal y deuda pública en similares magnitudes, con la necesidad de acomodar rápidamente las cuentas públicas antes que llegue la noche de la deuda, además de sacarse el corset del mercado interno y salir a vender al mundo para sumarse al tren de la globalización”.