Según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en los mercados internacionales el menor consumo impactó en una caída de 4,3% en el precio de los alimentos en relación a febrero.
“Los precios mundiales de los alimentos bajaron con fuerza en marzo, afectados por un descenso en la demanda relacionada con el COVID-19, y ante un desplome en los precios del petróleo”, destacó la FAO.
Además, agregó que “las caídas de precios están en gran medida impulsadas por factores de demanda, no oferta, y los factores de demanda están influenciados por perspectivas económicas cada vez más deterioradas”.
Por su parte, la FAO también aumentó ligeramente su pronóstico para la producción de cereales a una cosecha total de 2.721 millones de toneladas en 2019, desde un cálculo previo 2.719 millones de tonelada. Apunta a un alza de 2,4% respecto al volumen de 2018.
Entre los productos de mayor baja se destaca la azúcar. En tal sentido, el índice de precios del azúcar mostró una caída de 19,1%. El descenso fue por una reducción en el consumo tras los cierres para contener el virus que se aplicaron en muchos países, y una menor demanda de los productores de etanol por la caída en los precios del crudo.
En tanto, el índice de productos lácteos bajó un 3%, presionado por la disminución de las cotizaciones y la desaceleración de la demanda mundial de importación de leche desnatada y entera en polvo, mientras que el índice de carne cayó un 0,6%.
Por su parte, el índice de precios de los cereales perdió un 1,9%. El arroz fue contra la tendencia, con un alza por tercer mes consecutivo.
Para finalizar, es importante mencionar que, si bien la FAO levantó su pronóstico para la producción mundial de cereales de 2019, su estimación para el trigo en 2020 se mantuvo sin cambios en 763 millones de toneladas, cerca del nivel récord del año pasado.
“(Eso) junto con amplios inventarios, ayudará a proteger los mercados de alimentos de la agitación durante la tormenta de coronavirus”, apuntó la FAO.