El continente sudamericano cuenta con Paraguay, Uruguay y Bolivia como países también productores de soja pero en menor magnitud. Del análisis realizado por Michael Cordonnier se desprende la siguiente situación en los distintos países:
En Paraguay la soja también se ve afectada por el clima seco. La soja en el este de Paraguay está luchando con el mismo tipo de clima que en el oeste de Paraná. El clima ha sido cálido y seco desde mediados de noviembre y los primeros informes de Paraguay indican rendimientos decepcionantes. Las semillas de soja que se sembraron antes fueron las más afectadas porque el cultivo estaba llenando las vainas durante el clima adverso. La soja sembrada más tarde todavía podría recuperarse si la lluvia regresara a la región. Durante el ciclo 2017/18, Paraguay produjo 10 millones de toneladas de soja, pero se espera que la producción en 2018/19 sea más baja que el año pasado.
Por otro lado, en Uruguay la siembra de soja se desaceleró debido al clima húmedo ante un mes de diciembre que podría ser el más húmedo en 100 años. El resultado es un retraso en la siembra de la soja de doble cultivo después del trigo y además algunas áreas probablemente también deberán ser resembradas. Como resultado, todavía no se conoce la superficie sembrada en Uruguay. SE esperaba un aumento de 1,09 millones de hectáreas en 2017/18 a 1,25 millones de hectáreas en 2018/19, pero todavía no hay seguridad de la cifra final.
En tanto, Bolivia actualmente la producción de soja está bien. Casi toda la soja en Bolivia se produce en la región de Santa Cruz, en el este de Bolivia, donde le clima estuvo siendo adecuado hasta ahora. Se espera que el país produzca un volumen similar al año pasado cuando cosecharon 2,6 millones de toneladas de soja. Igualmente el pronóstico de más largo plazo puede no ser tan favorable para Bolivia. En su pronóstico de verano de tres meses, el Servicio Meteorológico Nacional de Brasil pronosticó que podría haber un poco de sequía en desarrollo en el oeste de Mato Grosso en febrero. Eso está justo al otro lado de la frontera de la soja en Bolivia, por lo que existe la posibilidad de que el clima durante el final de la temporada de crecimiento sea menos favorable.