La decisión del gobierno, de volver a poner retenciones a principios de septiembre, pegó de manera dura en la rentabilidad de la principal economía regional de Cordoba, la cual es el maní.
Cabe destacar que el Maní tributa cuatro pesos por dólar cuando es “confitera” (sin pelar) y tres pesos cuando se trata del blancheado” (pelado) o como cuando se exporta como aceite.
Según Luis Macario, ex presidente de Bolsa de Cereales de Córdoba y también ex titular de la Cámara del Maní, en esta consideración hay un error ya que se considera al maní como confitería dentro de la Ley de Granos y se le da el mismo tratamiento que al trigo o el maíz, ya que por ejemplo cuando no se exporta tal cual como sale del campo, sino que lleva todo un proceso de industrialización, las autoridades de turno siempre lo ignoran.
Por parte del ejecutivo, se advirtió que Brasil es una amenaza cada vez más grande para la Argentina, debido al potencial que el país vecino tiene en cuanto a tierras disponibles. Para tener una idea, allí se siembran 10 millones de hectáreas de caña que si rotaran una vez cada cinco años con maní, serían dos millones de hectáreas entre cinco y seis veces más que lo que se implanta en Argentina.
Lo cierto es que Brasil, viene trabajando desde hace tiempo y se están posicionando. Además tienen la ventaja de que llegan antes al mercado porque cosechan entre uno y dos meses antes que en nuestro país. El año pasado, habían estado más competitivos y ahora con las retenciones nuestro país queda fuera de mercado u obligado a vender a un precio que no es rentable.
Estas condiciones tienen un efecto negativo a la hora de ir a negociar con el principal mercado que es la Unión Europea, ya que los mercados tienen conocimiento de todos estos movimientos y en caso de advertir una dependencia, ganan un poder para negociar.
En este contexto, lo bueno para la cadena manisera es que la siembra comenzó con buenas condiciones, con excepción en los campos que están más al sur de la provincia mediterránea donde las lluvias no han sido tan copiosas. Teniendo en cuenta que en la última campaña, el maní fue el cultivo más perjudicado por la sequía.