Según el Índice General de Actividad (IGA), el agro mermó su empuje en la economía en la última parte del año. El informe elaborado por la consultora de Orlando Ferreres (OJF & Asoc.), muestra que en noviembre el nivel general de actividad registró una caída de 3,3% anual, acumulando para los once meses transcurridos del año una contracción de 3,2% anual. Por su parte, la medición desestacionalizada observó una merma de 0,9% respecto del mes anterior.
Según el informe, la recesión se evidencia de manera más clara entre los sectores ligados mayormente a la demanda interna; así, las bajas más significativas de noviembre se produjeron en el comercio (-6,3%), la construcción (-5,7%), y la industria manufacturera (-4,8%).
Entre las subas, se destaca la actividad minera (+2,0%) y la producción agropecuaria (+3,0%), aunque esta última no aporta mucho al crecimiento en el último cuarto del año.
«En cuanto a las perspectivas, el gobierno de Fernández inició su mandato implementando medidas fuertes de entrada, aunque por ahora solo afectaron al sistema tributario, anticipando que la política fiscal no tendrá un rol muy expansivo», afirma el estudio de OJF.
Y agrega, «así, la marcha de la actividad dependerá en buena medida del resultado que tengan las decisiones económicas que aún no se anunciaron, y de la confianza que la nueva administración pueda generar en los agentes. De no haber sobresaltos, esperamos que la actividad deje el piso de la recesión atrás, y comience a estabilizarse».
El rol del agro
El aporte al crecimiento del sector agropecuario continúa desacelerándose, marcando para noviembre un alza de 3,0%, como resultado de la leve expansión del sector agrícola de 0,7%, y de un crecimiento de la ganadería de 5,3% en la comparación interanual. De esta manera, el acumulado de los primeros once meses del año observa un aumento
de 26% anual.