En lo que va del año, la actividad inmobiliaria rural no cumplió con las expectativas propuestas para la reactivación esperadas desde el inicio del tercer trimestre. En consecuencia, desde CAIR manifestaron: “La concreción de operaciones inmobiliarias rurales se han frenado, produciéndose situaciones tales como por ejemplo aquéllas en donde diversos compradores presionan para obtener una rebaja en los precios. La recuperación llegará si hay una estabilización de los factores macroeconómicos para que se torne posible la proyección de inversiones en el corto y mediano plazo”.
En dicho periodo, desde la Cámara, entienden que los principales motivos de dicha caída en el sector son los efectos producidos por la última devaluación que sufrió la moneda nacional ante el dólar. “Lo que oportunamente se presentó como un ligero indicio de reactivación en el sector, registrado hasta el mes de abril de este año, comenzó a diluirse en forma significativa”, argumentaron.
No obstante, vale resaltar que los planes a corto y mediano plazo están ligados a una perspectiva alcista en donde la actividad podría mejorar una vez que el mercado tenga la capacidad de reconocer el nuevo escenario planteado entre la oferta y la demanda. Mientras que el desempeño de la campaña agrícola también jugará un rol fundamental, porque una buena cosecha producirá un impacto positivo en el sector.
Por último, los integrantes de CAIR expresaron: «Si bien la devaluación de la moneda impactó en muchos de los costos e incidió negativamente en los resultados del sector agropecuario, el resultado de la ecuación final ha mejorado. En los últimos meses se notó un positivo resurgimiento en la financiación crediticia sobre algunas operaciones inmobiliarias rurales, fundamentalmente en la que otorga el vendedor en diferentes modalidades».