Calculan exportaciones por 2 millones de toneladas de harina de soja a China. Mientras espera que de las reuniones en el marco del G20 surja una buena noticia sobre la habilitación del intercambio comercial, desde el sector hacen proyecciones de un fuerte impacto positivo.
“Tenemos una aspiración importante, recordemos que China históricamente es nuestro único comprador de poroto, todos los años se lleva alrededor de 7 millones de toneladas y las procesa allá. Este acuerdo implicaría que la podamos procesar en la región de Rosario y vendérsela como harina”, apuntó el presidente de CIARA, Gustavo Idígoras.
Según el dirigente, “la harina de soja se cuenta como producto agrícola aprobado, pero falta la aprobación de los establecimientos (las plantas procesadoras). Recordemos que ya están habilitados para producir aceite, por lo tanto, no debería ser un proceso demasiado lento, aunque la burocracia china puede demorar un tiempo”. En este sentido, Idígoras comentó que intentarán evitar que China haga inspecciones a las plantas argentinas, dado que podría obstaculizar el proceso de habilitación; y en cambio, sea el SENASA quien avale la operatoria.
Impacto
“La posibilidad de exportar harinas es amplia. A pesar de que China tiene una industria procesadora muy importante, no la tiene desarrollada y es más costosa que la nuestra”, subrayó el presidente de CIARA. Por ese motivo, “ya contactamos a productoras de alimentos balanceados (que serían las principales compradoras de la harina) y han expresado su interés”.
Además del impacto económico intrínseco de las ventas, la habilitación ayudaría a equilibrar las exportaciones de subproductos del complejo sojero, dado que con la suba de retenciones, Argentina podría tener mayor demanda del poroto, primarizando su comercio exterior.